lunes, 27 de mayo de 2013

Reflexiones sobre la "Década Ganada".





El pasado sábado 25 de Mayo, además de conmemorarse un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo de 1810; se cumplieron diez años desde que Néstor Kirchner se hizo cargo de la Presidencia de la Nación. A lo largo de esta nota me voy a dedicar a enumerar una serie de hechos concretos que, durante esta década, a mi juicio han transformado la Argentina. Para mejor.


El fuerte crecimiento económico ininterrumpido del orden del 8% anual llevó nuestro PBI (PPA) a U$S 750.000 millones, contra 330.000 millones del año 2003. Este crecimiento no fue gracias al viento de cola; sino gracias a las políticas de impulso al mercado interno,a una formidable recuperación de la industria y a un proceso de sustitución de importaciones con agregado de valor. Se crearon 5 millones de nuevos puestos de trabajo; llevando la tasa de desempleo de un indigno 22% en el año 2003, al 7,9% en el actual 2013. Pero el empleo no solo ha mejorado en cuanto a cantidad sino también en calidad: el empleo en negro pasó del 50,5% al 33,5%. Las tasas de pobreza e indigencia se han visto reducidas notablemente desde los indignantes 55% y 18% respectivamente del año 2003. La industria, destruida en las 3 décadas anteriores, creció un promedio de 10% por año; permitiendo una mejora cualitativa tanto de las exportaciones como de las importaciones y contribuyendo notablemente a la caída del desempleo. Se llevó a cabo una formidable política de des-endeudamiento que permitió disminuir la relación deuda-PBI de un alarmante 160% del PBI a solo el 40% y de éste, el 50% está en manos del propio sector público. La brecha entre ricos y pobres sufrió la caída mas grande de nuestra historia. La participación de los trabajadores en el ingreso nacional llegó al 48% casi llegando al fifty-fifty peronista, comparado con un 17% del año 2001. La recuperación de soberanía ha sido un logro trascendental; con el pago al FMI, la recuperación de YPF y las AFJP como las mas sobresalientes. En el plano educativo, se aumentó el presupuesto al 6,5% del PBI y se construyeron 1550 escuelas. En un acto de reparación histórica, en el año 2003 se anularon las leyes de Obediencia Debida y Punto Final lo que permitió reabrir centenares de causas por delitos de lesa humanidad. También se anularon los indultos concedidos por el ex Presidente Menem, con lo que las cúpulas militares juzgadas en el Juicio a las Juntas, volvieron a la cárcel de donde nunca tendrían que haber salido.
La consagración de nuevos derechos fue otra constante; con el matrimonio igualitario, las 2 millones de nuevas jubilaciones y la Asignación Universal por Hijo a la cabeza. Y por último la que yo considero la madre de todas las batallas en esta década ganada: La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Por ahí en esta nota hay demasiadas cifras. Pero no son cifras vacías. Son cifras que revelan un cambio monumental en la Argentina, extraídas de muchas cátedras populares a las que asistí, y de la realidad constante de cambios que se ven mejorados en el paso de estos años. 

Por supuesto que hay cuentas pendientes.


¿Como no cometer errores si estamos cambiando drásticamente las estructuras de la dependencia? Diría el General Perón. Falta encarar el tema de la minería, las multinacionales agrícolas y la concentración de la tierra, emprender una importante reforma en el sistema financiero, reconstruir el sistema de transportes públicos sobre todo el ferrocarril, que hace poco volvió a manos del estado nacional, lograr que la mejora en el financiamiento se traslade a la calidad educativa, hacer una reforma coherente y democrática del sindicalismo e ir a fondo con el trasvasa miento generacional del que hablaba Perón.
Pero estoy segura que estos problemas y déficit los vamos a solucionar si profundizamos el actual modelo político, económico, social y cultural.

La consolidación de este proyecto de desarrollo con inclusión social nos permitirá avanzar en la construcción de esa Patria justa, libre y soberana con la que la mayoría soñamos.
  


Isabel Soria
El Amanecer en Salta